El Mate 9 es, por lo menos en apariencia, un terminal impresionante, tanto por su estética como por sus prestaciones. Y para Richard Yu, CEO de la División de Consumo de la compañía, «es la culminación de más de diez años fabricando terminales». Durante los últimos años, en efecto, la firma china no ha dejado de crecer, y terminales como el P9, con su espectacular doble cámara, o la anterior generación de la familia Mate, la han colocado en los primeros puestos mundiales, tanto por facturación como por número de terminales vendidos. Con esta nueva generación de la familia Mate estamos, ante el nuevo buque insignia de la flota de «smartphones» de Huawei. Una apuesta para la que no ha escatimado esfuerzos.
En cuanto al procesador, el fabricante ha optado, una vez más, por su propio chip, y ha estrenado su nuevo Kirin 960, una «bestia» de ocho núcleos con una velocidad de reloj de hasta 2,4 GHz, que confiere al Mate 9 un 180% más de potencia que el modelo anterior y un consumo de batería un 40% inferior. El procesador gráfico, por su parte, permite una fluidez hasta un 400% mayor a la de modelos anteriores.
Un nuevo sistema de desfragmentación del disco, además de un software específico diseñado por los ingenieros de la firma, permite que el teléfono determine automáticamente los recursos que necesita cada aplicación y destine solo los que son necesarios, evitando así que se acumulen datos que, con el tiempo, llenarían de basura la memoria del terminal y reducirían su rendimiento. Después de 18 meses de uso continuado, el rendimiento del Mate 9 seguirá siendo prácticamente el mismo que cuando salió de fábrica, algo que no pueden decir muchos terminales de su competencia.
Una gran potencia, pues, que viene apoyada además por una memoria RAM que, según la versión elegida, será de 4 o de 6 GB.
Los compradores del Mate 9 podrán, en efecto, elegir entre versiones con 64 y 256 GB de memoria interna. Solo la versión de 256 GB llevará los 6 GB de RAM.
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